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Los llamados a ser educadores

Los seres humanos somos diferentes porque cada uno es una forma especial de manifestar la condición humana. Cada uno según sus experiencias, contexto, tiempos en los cuales se desarrolle, va construyendo día a día su historial biográfico.

Cada ser humano, así està, llamado a ser èl y no otro y a ser èl dándose a otros.

Esta misión, vocación, este llamado al otro, es su razón de ser en este mundo.

Este llamamiento viene desde lo profundo de su intimidad, llamado que esta en busca de encontrarse a sì mismo y dar respuesta a todas sus interrogantes que la vida le haya y le este planteado. Los seres humanos tenemos una vida por hacer y un sentido para ser encontrado.

Un educador posee ciertas cualidades que son ¿“generadas en la práctica. Que no nacemos, encarnamos o recibimos por regalo”?. ¿ son generadas , desarrolladas? .Ante lo expuesto podría aportar que estas cualidades más muchas otras se van desarrollando en el transcurso de nuestras vidas, pero en el caso especifico de los que somos llamados a Educar, vienen incluidas en nuestro ser.

Todos los seres humanos son llamados, a realizar una misión o vocación en este mundo, en donde cada uno siente este llamado según las condiciones o cualidades que ya posee, cualidades en su existir que han podido desarrollar o hacer emerger de su intimidad. Cualidades que en futuro seguirá desarrollando según el interés y posibilidades que la vida le permita.

Cualidades y Calidad de educador que se proyectara en su dimensión de educar, de manera distinta, especial al de otro.

Según lo anterior, las cualidades de un docente son inherentes, especificas, especiales a su quehacer y que a mi parecer “están en el”. La humildad, la seguridad, la confianza, la amorosidad, .valentía, entre otras aunque me parece que podría agregar otras como la justicia, fortaleza, veracidad.

La acción de educar ha de estar presidida por el respeto hacia las personas, donde incluimos la tolerancia hacia el otro, más allá de la aceptación pasiva, sino que aceptando al otro con sus derechos y deberes, promoviendo ademàs en el otro la cordialidad, la confianza y comprensión de la dinámica personal de cada ser. Por tanto la humildad frente al saber o decir del otro debe ser infinita. No sabemos lo que el otro sabe hasta que lo conocemos. Nunca es tarde para aprender, ni tan temprano para enseñar.

Por otro lado la fortaleza que debemos tener , fuerza interior que hace que nuestro ser se movilice y que nos permite tener la seguridad para hacer lo que consideramos correcto en cada caso. El valor nos da ánimo, para superar las dificultades del sistema educativo en el cual estamos insertos y superar nuestras deficiencias. La fortaleza como la valentía a enfrentar el miedo y no subyacer a este y a las contingencias que la sociedad nos impone.La fortaleza para enfrentar con humildad mis limitaciones y poder superarlas .Debo reconocer mis errores. Y superarlos. No por “amor” a mi persona, es por sobre todo y en función de los niñas y niños que están a mi cargo. Reconocimiento inconsciente que se expresa, y hace que un docente sea especial..

Fortaleza, valentía, seguridad , alegrìa que debe poseer el educador para contagiar al otro, alegrìa expresada, entendida como la expresión interna de satisfacción de su ser intimo y del entorno que le rodea , permitiéndole acoger y promover en el otro su propia seguridad, alegrìa sacándole partido a sus talentos y logrando que el otro sea feliz en su dimensiòn humana.

Las cualidades como seguridad, confianza, dominio presentes en el educador., promueven la autonomía, fomentando en el otro el encuentro con su “yo”, logrando la independencia del pensamiento. El es una persona cercana que se adelanta, previene, estimula, ayuda a los otros a encontrar su proyecto personal. Todas o más cualidades es lo que un docente tiene, y debe seguir desarrollando en el transcurso de su docencia, es como exprese antes “especial".

Paciencia- impaciencia, podría ser ¿Prudencia?, el docente, busca, logra un equilibrio donde se pone en juego fundamentalmente la capacidad de aplicar la justicia de escuchar, respetar, tomar decisiones siendo siempre estas las más adecuadas, atendiendo por supuesto que siempre existirá la problemática de lo que es o no adecuado.

Amorosidad, que se relaciona con el carácter horizontal de la relación que el docente realiza con su alumno. Està en buscar un “amigo” en donde la intimidad del “YO” y el “TU”, se concreta en un compromiso con el “otro”. Entregándose mutuamente, en la acción de aprender juntos y formar un historial de vida en común.. Es el compromiso con el otro, en donde aprendo de tu dìa a dìa, y donde mi ser se aproxima a la existencia del “TU“. La docencia no es sino que el encuentro de dos realidades vivas, el compartir experiencias de vida, en donde el uno aprende del otro y viceversa.

Un educador esta siempre “alerta”, reconoce situaciones, alegrías, tristezas identifica conductas, motivaciones de sus alumnos. Su acción es congruente con su corazón, y su corazón con su pensamiento. Identifica su discurso, su realidad, sus ideales y los entrega al otro sin esperar una recompensa. Pero la recompensa llega … en la sonrisa, la alegrìa de un niño(a), es asì de simple.

 

 

Solo puedo expresar al final de este breve ensayo, que podríamos nombrar muchas más cualidades, o competencias que debe o debiera poseer un educador. Pero frente a todas ellas la forma en que enfrentamos nuestra acción de educar, y que es a mi juicio la perspectiva del amor, es la mas importante. Somos una realidad que existe en el mundo, y nuestro estar en el mundo es un estar afectado por la realidad. De modo que el circulo de circunstancias marcara o delimita nuestra abertura. Es decir la jerarquía de valores de las personas con las que convivimos son el alimento que digiere la inteligencia y que llega a formar parte del mundo interior de nuestro ser. Es asì que la realidad de un niño(a), estará determinada en alguna manera por la capacidad del docente de generar en el cualidades, virtudes. Es en sì la propia identidad del docente y su intencionalidad última de su existencia la energía vital de la docencia. Es el poder trasmitir al otro, lo que esta en “mi”.Por tanto es la propia identidad del docente la que mediante su acción y su palabra, es ejemplo existencial que se graba en el “yo” de su alumno y, asì, constituye un referente interno de constitución personal.

 

 

 

 

 

Evelyn Palma Rojas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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