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Efectos positivos en la memoria a largo plazo de estudiantes, a través de estimulación de los principios cognitivos.

La atención y la percepción son temas que aquejan a los docentes que imparten las diferentes asignaturas del currículum nacional, enfrentándose a la problemática de cómo llevar a cabo una estimulación que genere efectos positivos en la memoria a largo plazo. Con este propósito, se han orientado las clases con estrategias que apunten al aprendizaje repetitivo-memorístico, puesto que, a través de la repetición mecánica, el contenido a trabajar se aprendería rápidamente. Por esta razón, se cree que para que los contenidos lleguen a almacenarse en la memoria a largo plazo, se debe recurrir a la memorización arbitraria, sin sentido para el estudiante (Román y Diez, 2000). A partir de esta premisa, las clases se sustentan en base a la memorización sistemática de contenidos, sin la valoración de los principios cognitivos que potencian a la memoria a largo plazo. Esto entendido desde la perspectiva de Osses y Jaramillo (2008), quienes reflexionan desde la efectividad de la utilización de estrategias metacognitivas, que estimulan directamente la atención y percepción en los estudiantes. En este contexto surge la siguiente tesis: la utilización del aprendizaje memorístico en estudiantes no contribuye al almacenamiento de información en la memoria a largo plazo.

La didáctica utilizada por los docentes en las diferentes asignaturas privilegia principalmente el aprendizaje memorístico, debido a que se exponen fechas históricas, tablas de multiplicar, procesos científicos, para su posterior memorización. Partiendo de esta base, se debe considerar que la memoria a largo plazo se fortalece mediante la estimulación sistemática de actividades que sean significativas para los estudiantes (Jensen, 2004), porque si las actividades no son llamativas, la atención y percepción hacia un contenido no se focalizará. Según esto, el almacenamiento de la información, no se almacenará en la memoria a largo plazo por una falta de significancia del contenido.

De acuerdo con lo anterior, las estrategias didácticas que permitan la estimulación de los principios cognitivos (atención y percepción), y sean significativas para los estudiantes, son fundamentales para que estos almacenen satisfactoriamente la información en la memoria a largo plazo. Considerando esto, las estrategias metacognitivas y didácticas, estimulan la atención y percepción (Klimenko, O. y Alvares, J. 2009; Jensen, 2004), las cuales permiten que el almacenamiento de información se produzca a través de actividades que sean significativas y que, además, estas produzcan conexiones entre lo que el estudiante conoce y la información nueva. A partir de esto, se realizaría un almacenamiento de información efectivo en la memoria a largo plazo.

Pese a lo señalado, ciertos autores plantean que la utilización de la memorización visual sistemática permite que los estudiantes aprendan satisfactoriamente los contenidos que se imparten en las diferentes asignaturas. Al respecto, el aprendizaje memorístico sería el más idóneo para cumplir con este propósito, dado que la mecanización reiterada permite que la información se almacene sí o sí, en la memoria a largo plazo. Sin embargo, los imputs que el cerebro capta, no se limitan a la memorización visual, se realizan a través de las vías sensoriales que permiten focalizar la atención y percepción de lo que se está planteando como conocimiento o contenido de una asignatura (Jensen, 2004). Es por esta razón que es importante saber que implementar diferentes dinámicas de trabajo para potenciar a la memoria a largo plazo, favorecen los principios cognitivos de los estudiantes.

Las estrategias que favorezcan positivamente los principios cognitivos deben presentarse a los estudiantes como una multiplicidad de opciones para que estos puedan focalizar, a través de sus características, la mejor forma para poder aprender un contenido y llevarlo a la memoria a largo plazo (López, Jústiz y Cuenca, 2013). Además, con respecto a la utilización de diferentes estrategias para aprender un contenido, en Chile los estudiantes declaran que se sienten cómodos y seguros, a través de actividades que potencien sus características individuales, permitiendo que se desenvuelvan óptimamente para aprender (Albornoz, Silva y López, 2015). Considerando esto, es relevante que los docentes de las diferentes asignaturas brinden a los estudiantes la oportunidad de utilizar sus intereses para aprender significativamente los contenidos disciplinarios a los que son expuestos, favoreciendo así, la atención y percepción. En mi realidad pedagógica he visto a docentes que indiscriminadamente utilizan el aprendizaje memorístico, como estrategia para que los estudiantes aprendan los contenidos, y finalizar con una prueba, para comprobar que realmente los estudiantes aprendieron. Al respecto, en la práctica he comprobado que el trabajar los conocimientos previos y utilizar diferentes estrategias que sean del interés de los estudiantes, facilita que los contenidos se almacenen en la memoria a largo plazo, debido a una familiarización con el contenido y una disposición positiva frente a éste.

En conclusión, la importancia de estimular los procesos cognitivos (atención y percepción), para trabajar la memoria a largo plazo, permite dejar de lado la utilización del aprendizaje memorístico arbitrario y sin significancia para los estudiantes. La limitación en este tema es la disponibilidad de los docentes, debido a que son ellos los principales agentes de cambio deben ser los profesores. Éstos, son los que deben cambiar o mejorar las prácticas educativas que utilizan en función del desarrollo de los procesos cognitivos. Salir de la zona de confort, y atreverse a los cambios de metodologías y dinámicas de trabajo que sean realmente efectivas en los estudiantes, y no quedarse en el alero de una práctica educativa aburrida y poco desafiante que no permita los efectos positivos en la memoria a largo plazo, a través de la estimulación de los principios cognitivos.

 

Referencias Bibliográficas

Albornoz, N., Silva, N. y López, M. (2015). Escuchando a los niños: Significados sobre aprendizaje y participación como ejes centrales de los procesos de inclusión educativa en un estudio en escuelas públicas en Chile. Revista Estudios Pedagógicos XLI, Vol. 41 (Nº especial), 81-96. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052015000300006

Jensen, E. (2004). Cerebro y Aprendizaje: Competencias e implicaciones educativas. Madrid, España: Narcea Ediciones.

Klimenko, O. y Alvares, J. (2009) Aprender cómo aprendo: la enseñanza de estrategias metacognitivas. Revista Educacion y Educadores.  Vol. 12, (Nº 2),  pp. 11-28. Recuperado de http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0123-12942009000200003&script=sci_abstract&tlng=es

López, M., Jústiz, M. y Cuenca, M. (2013). Métodos, procedimientos y estrategias para memorizar: reflexiones necesarias para la actividad de estudio eficiente. Revista Humanidades Médicas. Vol. 13, (Nº3), pp. 805-824. Recuperado de http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-81202013000300014

Osses, S. y Jaramillo, S. (2008). Metacognicion: un camino para aprender a aprender. Revista Estudios Pedagógicos, Vol. 34 (Nº1), pp. 187-197.  http://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052008000100011

Román, M., E. Diez (2000). Aprendizaje y Curriculum. Buenos Aires: Novedades Educativas.

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