Accidentes deportivos En esta ficha se revisan las lesiones traumáticas que puedan ocurrir practicando deportes. Se explica en detalle por que se producen en adultos, lo que se debe y no se debe hacer, y se explican las lesiones mas comunes.
Nociones básicas Hacer deporte es bueno para la salud. Sin embargo, hay que tener cuidado para no sufrir lesiones traumáticas. Con la colaboración del doctor Carlos Musa. Departamento de Ortopedia y Traumatología Clínica Las Condes
En Chile cada vez es más frecuente realizar algún tipo de actividad física. Desde el colegio se enseña a los niños la importancia de hacer ejercicios. Los beneficios del deporte son diversos: permite la oxigenación del organismo, libera energía, mejora la circulación sanguínea, ayuda a prevenir la obesidad y combate la depresión, entre otras cosas. Además, los deportes colectivos favorecen la sociabilización y el compañerismo.Pero no todo es color de rosa. A veces, al realizar una actividad física se pueden sufrir lesiones traumáticas. El doctor Carlos Musa, especialista en Traumatología de Clínica Las Condes, explica que esto no se debe a que la actividad sea dañina en sí, sino que está relacionado con la forma de practicarla. Algunos deportes tienen mayor riesgo de lesión que otros, como los de contacto, es decir, fútbol, básquetbol y rugby. Y también los de velocidad, como esquí, ciclismo y, aunque menos masivos, alas delta, parapente y esquí acuático. Además, hay que considerar que los niños son más arriesgados y bruscos, por eso suelen accidentarse más.
Tipos de lesiones Las lesiones traumáticas más frecuentes son los esguinces. La ubicación y frecuencia de éstos va a depender de la actividad deportiva que se realice. Se puede lesionar la mano, los dedos, el tobillo, etc. También hay lesiones no traumáticas. Se producen cuando la preparación física es inadecuada, se efectúa una práctica intensa o el sobreesfuerzo es máximo. En estos casos, la persona puede sufrir una tendinitis, una bursitis o un desgarro. Todos los deportistas -sean principiantes o no- están expuestos a sufrir alguna de las siguientes lesiones:
- Esguinces:
Los más frecuentes afectan al tobillo, la muñeca, la rodilla los dedos de las manos. Pero, en general, los más afectados son los tobillos. La principal causa es la sobreexigencia de un ligamento, que son estructuras que ayudan a estabilizar una articulación. Los esguinces pueden ser leves, moderados o severos, dependiendo del grado de compromiso de las fibras de las que está compuesto un ligamento. Mientras más fibras estén lesionadas, más severo es el esguince. Mientras más se estire el ligamento, más se daña. Incluso puede llegar a cortarse, produciendo gran inestabilidad.tratamiento dependerá del tipo de ruptura y localización del esguince.
- Desgarros musculares:
Se producen por dos razones:Preparación física inadecuada: falta de elongación y precalentamiento. Entrar en frío a una actividad deportiva es muy dañino.Sobreexigencia. Los desgarros pueden ser leves, moderados o severos, y pueden llegar incluso a la ruptura del músculo.El desgarro rompe las fibras musculares. Los más frecuentes se producen por jugar tenis, fútbol, rugby y todos aquellos deportes que mueven extremidades inferiores. Afectan más frecuentemente a los músculos de la pantorrilla (gemelos) y los del muslo (cuádriceps y aductores).
- Fracturas
Cuando la energía de un traumatismo es alta, se pueden producir fracturas, es decir, el hueso se parte. Estas pueden ser cerradas o abiertas, con o sin desplazamiento, uni o multifragmentarias.Además, en los niños existen las fracturas llamadas en "tallo verde". Las fracturas más frecuentes en los menores ocurren en las muñecas, dedos y antebrazo. En los adultos, dependen de la actividad deportiva y las más frecuentes afectan a las muñecas, tobillos y piernas.Estas lesiones requieren de un tratamiento precoz realizado por un especialista traumatólogo, quien decidirá si éste debe ser ortopédico o quirúrgico.
- Luxaciones:
Se producen cuando los huesos que conforman una articulación pierden contacto entre sí. Afectan con mayor frecuencia a hombros, dedos de la mano y codos. Se corre mayor riesgo de sufrir luxaciones en deportes como fútbol, rugby y esquí en nieve o acuático, ya que en estas actividades se producen caídas de alta energía.Las luxaciones son afecciones graves que requieren un tratamiento oportuno e inmediato.
- Procesos inflamatorios de tendones:
Los extremos de los músculos terminan en los tendones, que son los que, al contraerse el músculo, generan el movimiento. Cuando el tendón se usa en exceso se puede producir un proceso inflamatorio. Es lo que se conoce con el nombre de tendinitis.En general, se producen por una práctica deportiva inadecuada o por el sobreuso o abuso de los tendones. Esta lesión es muy frecuente y de dolor a veces incapacitante.
- Bursitis:
Es la inflamación de una bursa. Generalmente es el resultado de una lesión traumática, pero en ocasiones puede ser provocada por enfermedades como diabetes, gota u otras reumatológicas. Las más frecuentes se producen en codos, caderas y pies.
- Los meniscos
Algunas articulaciones poseen dentro de ellas una estructura fibro-cartilaginosa llamada menisco. Se ubican en la rodilla, la mandíbulas y el hombro. Las lesiones más frecuentes se producen en la rodilla, la que posee dos meniscos, uno externo y otro interno. La mayoría de las veces se ve afectado el menisco interno. Las lesiones meniscales de rodilla generalmente son producto de un movimiento brusco, de flexión y rotación de ésta. Su tratamiento es quirúrgico.
Síntomas de una lesión
Ante cualquier lesión existe un proceso inflamatorio. La persona puede presentar síntomas como:
- Dolor.
- Hinchazón.
- Enrojecimiento.
- Temperatura local.
Según el grado y el tipo de lesión se puede producir además:
- Sangramiento inmediato al proceso inflamatorio.
- Deformidad, en caso de fracturas o luxaciones.
- Impotencia funcional de la extremidad, es decir, no se puede mover.
¿Que hacer frente a una lesión traumática?
- Inmovilizar con lo que se tenga a mano (cartón, madera, venda), sin apretar.
- Colocar hielo en la zona, nunca calor.
- No intentar maniobrar la extremidad lesionada.
- No dar alimentos ni líquidos. El accidentado puede requerir un procedimiento anestésico.
- Si se tiene a mano, dar un analgésico o un antiinflamatorio.
- Acudir a un centro hospitalario, para evaluación y manejo de la lesión.
Diccionario Articulación Es el punto de contacto entre dos o más huesos, es la zona que permite el movimiento. Los extremos de los huesos que la componen están cubiertos por un tejido especial, llamado cartílago. Su presencia e indemnidad son imprescindibles para el movimiento. Ligamento Están conformados por múltiples fibras elásticas. Van de un hueso a otro, rodeando la articulación. De esta forma le dan estabilidad. Tendones Los músculos terminan por sus extremos en un tejido firme, fibroso, que da origen a los tendones. Cuando un músculo se contrae, tracciona el tendón produciendo el movimiento. Músculo Está constituido por fibras musculares que, tras un impulso nerviosos, se contraen. Bursa Es una bolsa que está constituida por un tejido que facilita el desplazamiento entre los músculos, entre músculos y huesos, o bien, entre piel y hueso, disminuyendo su roce.
Para saber más La rehabilitación de lesiones deportivas
Con la colaboración del doctor Mauricio Wainer E., Departamento de Ortopedia y Traumatología Clínica Las Condes
Lesiones en el adulto joven: Volver a los 17...
Cuando persisten las ganas de hacer deporte que se tenían en el colegio, pero el cuerpo ya no es el mismo, hay que tener cuidado. Pasar, en forma brusca, de un período de inactividad a la práctica deportiva puede ser peligroso. Desde que se termina el colegio -en que hay clases de educación física obligatorias-, tanto el hombre como la mujer, en su mayoría, viven cambios en sus hábitos deportivos.
Esto se ve acentuado al comenzar a trabajar, ya que existen mayores responsabilidades, menos tiempo, y surgen otros intereses. El adulto joven se enfrenta a este tipo de cambios que van modificando lentamente su contextura corporal. Ya sea porque se miran al espejo, se pesan y se dan cuenta de que han aumentado unos kilos; o para liberar tensiones; o por simple entretención, surge en ellos el interés por realizar, otra vez, actividades deportivas. Ahí empieza el problema. Hacer deportes en forma repentina, tras varios años de inactividad, es el momento clave, el más peligroso. Es la génesis de las lesiones producidas en esta etapa de la vida.
Músculos y huesos
Tanto el músculo como el hueso son tejidos vivos, que responden al trabajo que se les impone. Si, en teoría, uno naciera y se quedara en cama, los huesos serían prácticamente cartílagos.
Si bien el hueso se demora más que el músculo en responder, en ambos la respuesta va a depender de las exigencias a las que sean sometidos. Si se trabajan, se fortalecen; si se dejan de ejercitar, disminuyen su potencia y su volumen. Tanto los músculos como los huesos se ajustan a las necesidades de cada persona. Por eso es que, después de algún período de inactividad, no es recomendable reactivar la práctica deportiva sin un entrenamiento previo.
Lo que no se debe hacer
Hay una serie de conductas que aumentan el riesgo de sufrir lesiones:
- Tratar de llegar rápidamente a un buen estado físico, sin más que la práctica deportiva (jugando).
- Intentar ahorrar tiempo: no darle la dedicación adecuada al deporte durante la semana, y tratar de hacerlo todo un sábado o un domingo. La palabra regularidad es fundamental.
- No tomar seriamente la necesidad de un entrenamiento que contemple flexibilidad de las articulaciones, potencia y estado físico aeróbico, que es lo que otorga la capacidad de realizar un ejercicio por tiempos prolongados.
- Equipamiento y medio ambiente: estos factores dependen de la disciplina que se practique. Así, no se puede salir a trotar con zapatillas de tenis, por ejemplo. En este caso, cada paso es un microtraumatismo para todas las partes del cuerpo, pero sobre todo para los tobillos y las rodillas. Hay zapatillas especiales para cada actividad física.
- También es dañino practicar en un terreno no apto para ese deporte.
- Hay horas del día peligrosas (si hace mucho calor, se puede producir deshidratación; si está muy oscuro, la persona puede exponerse a la delincuencia).
Cuatro veces por semana
Dependiendo del nivel y de la intensidad del ejercicio, lo aconsejable es hacerlo cuatro veces por semana, al menos durante cuarenta y cinco minutos cada vez. O todos los días, por 20 a 30 minutos.
Esta rutina debe contemplar los elementos más importantes del entrenamiento que son: flexibilidad, trabajo aeróbico y potencia muscular.
La importancia que se le da a la práctica de ejercicios es lo que determina la forma en que se hace ese deporte. Lo ideal es que las reuniones de trabajo no duren hasta muy tarde, terminar el trabajo antes para alcanzar a despejarse, ir al baño, comer y tomar algo. Pero debe existir un tiempo mínimo entre la última comida y el ejercicio, que depende de la cantidad de comida ingerida.
Si no se tienen en cuenta estas recomendaciones, muchas veces, aunque la persona no se lesione, no va a sacar el máximo provecho al ejercicio, y estará corriendo un riesgo innecesario. Lesiones más comunes
- Lesiones por azar y traumáticas:
Son lesiones agudas. Dependen muchas veces del azar, pero también del estado físico del que se lesiona, de su capacidad técnica, de los implementos que ocupe y de la superficie que utilice. Aparte del azar, mucho hay de negligencia del afectado (un desgarro por falta de calentamiento previo, por ejemplo).
- Lesiones de instalación crónica por una mala práctica de deportes:
Estas se producen por cambios de ritmo (pasar de practicar una vez por semana, a cuatro veces, por ejemplo). Aumentar la frecuencia o la intensidad en forma brusca puede producir lesiones por sobreuso. Este es el caso de las tendinitis crónicas, artrosis (desgaste de las articulaciones), etc.Se debe tener claro que el sobrepeso es un agravante de las lesiones. Por eso hay que controlarlo periódicamente.
Para hacer deportes en forma tranquila y segura, lo ideal sería hacerse una evaluación por un nutricionista, un médico general, un kinesiólogo y un profesor de educación física. Así podríamos saber cómo tenemos que alimentarnos, cuál es nuestro estado físico, la flexibilidad que hay que tener, la intensidad con la que se puede realizar la práctica deportiva, y cuál es el entrenamiento necesario para evolucionar en la curva de rendimiento. ¿Qué es lo recomendable?
Para que una actividad física cumpla con los requisitos mínimos, se deben hacer trabajos de flexibilidad durante 10 a 15 minutos; potencia muscular, entre 25 a 30 minutos; y ejercicio aeróbico nunca menos de 20 minutos. En total, para que las articulaciones se entrenen, se requiere de una hora, cuatro veces por semana.
La regularidad es fundamental, porque no es factible "botar" todo lo que pasó en la semana, estar bien físicamente y gozar del ejercicio, sólo el domingo. Lo único que puede ayudar a mejorar la calidad de vida hasta el final es que no sólo la mente sino que también el cuerpo nos acompañen. Debemos estar conscientes de que la mente se cansa cuando el cuerpo está cansado.
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