Autora: Hilda Flández
Esta historia entrega una experiencia de vida a los mortales, que ven estando ciegos, en un ambiente rutinario donde sólo actúan por inercia esperando anhelos, ignorando la presencia de Dios.
Don Víctor Ricardo Cid Muñoz hasta los 4 años 5 meses era un niño travieso con gran talento porque para sus cortos años podía leer con gran habilidad. Vivía con sus padres y 8 hermanos en el sector cordillerano al pie del paso Caririñe, perteneciente a la comuna de Panguipulli en la provincia de Valdivia.
Su familia como muchas de la región en el sector rural calefaccionaban sus hogares con tambores de fierro, preparados para este fin porque calentaban cuatro veces mas que una tradicional cocina a leña, en época de invierno era bienvenido para suplir los fríos cordilleranos. La primavera no logró terminar con las intensas heladas nocturnas, fue en uno de esos días cuando el frío escarchaba la vivienda cuando el pequeño Víctor de 4 años se acercó a este calor que entibiaba su pequeño cuerpo, cuando después de un rato sofocado por la temperatura en que fue envuelto, fue rápidamente a mojar su cara a un lavatorio con agua fresca, en segundos sintió que su rostro se encandilaba y se inchaba, ya no podía abrir sus ojos.
Frente a la desesperación de sus padres ya presentía que algo había pasado, al mes el pequeño abrió esos ojos que ya no eran los mismos, su órbita había cambiado, su mirada se había perdido.
Noviembre y Diciembre fueron meses helados con nieve y poco acceso al pueblo de Liquiñe, pudieron bajar de la cordillera un mes después. El niño vivía un momento impactante porque en fracción de segundos ya no era el mismo, su mirada estaba dentro de su ser, sus sueños se hicieron visibles en la oscuridad.
El diagnóstico determinó un pasmo por cambio brusco de temperatura. Pero en 1962 un médico alemán que trabajaba en el hospital de Valdivia, dio nuevas esperanzas para recuperar la vista del pequeño Víctor, podía ser operado.
Al no disponer de la implementación fue enviado a Santiago para programar la intervención, sin embargo, las esperanzas iniciales y las de Victor desaparecieron porque no había posibilidad de recuperar la visión perdida.
El niño inteligente y dotado de gran talento ya no era el mismo, sus emociones y sentimientos ansiaban volver a ver, en este momento sufrió un retroceso porque su autoestíma estaba disminuída. La visitadora de la actual posta central de Santiago le entregó un certificado a su familia para que el niño pueda ingresar a la escuela de ciegos de la comuna de Ñuñoa, calle Rosita Renar 179 de Santiago.
Ingresó a los 11 años en 1962, permaneciendo hasta los 18 años, allí aprendió a leer por medio del sistema Braille y adquirió muchos conocimientos principalmente en historia.
El establecimiento dirigido por el no vidente Juan Escobar contaba con una destada planta docente, sus profesores en su mayoría no videntes han dejado una huella de conocimientos y valores difícil de olvidar.
A los 18 años volvió a casa, ahora vivían en el sector rural de Amancalle, comuna de Futrono. Aprendió a hacer anillos de plata, trabajando durante cuatro años, comercializando sus productos junto con el mimbre.
En 1975 se introdujo en el comercio rural. Su madre falleció en 1972, con su padre vivió hasta el año 1977, en ese entonces tuvo tuberculosis permaneciedo en el hospital 7 meses, guardó reposo en el fundo San Luis en la comuna de Futrono, en casa de un amigo.
Se traslado a Los Lagos para trabajar con dos de sus hermanos, ellos sacaban oro en un sector llamado “La mina” cerca del lago Riñihue. Sus hermanos con pocos estudios trabajando siempre en el campo y confiando en la habilidad de su hermano para trasladarse pensaron que la venta de este preciado oro recolectado estaría en las mejores manos, enviando a Victor a Santiago con el valioso mineral, ¿quién podría pensar que un hombre ciego llevaba tan preciada carga?. Es curioso pensar y tal vez difícil de creer que este hombre llegaba a la capital donde los joyeros para comercializar estas piedras de oro.
Así durante años cumplió sin problemas con lo solicitado, nunca tuvo problemas porque su mente y pensamientos internos no necesitaban la vista para lograr sus objetivos.
Generalmente la gente solidaría siente que un no vidente está desprotegido y necesita ayuda, vemos con lástima la pérdida de este valioso sentido necesario que nos hace independientes, cumpliendo con las labores cotidianas.
Don Victor ha vivido en muchos lugares porque no tiene una casa propia, actualmente habita una pequeña vivienda en el sector rural de Santa Ana comuna de Los Lagos, allí en sus estadías esporádicas lo podemos ver en su tejado tapando goteras o alimentando algunas aves que deja a cargo de vecinos cuando sale. Para llegar al pueblo distante a 20 kilómetros se traslada en locomoción y un tramo de 10 kilómetros muchas veces lo recorre por senderos entre piedras y riscos. Conoce cada trayecto, él sabe cuando existe peligro porque sus pasos son guiados por el ser que lleva dentro, esa luz que lo cuida y lo hace transitar por lugares desconocidos.
Quiénes lo conocen son privilegiados porque su paz nos remece para luchar por lo que parece inalcanzable. Si este hombre está dotado de tantos valores sin ver lo que nosotros vemos, podemos explicar que crecemos y educamos sin escuchar, porque los niños reciben órdenes sin diálogo, limitando el pensamiento a acciones espontáneas que refuerzan el olvido.
Como profesora básica trabajando el área plástica con grandes resultados, estimulando los sentidos a temprana edad, como inicio de los primeros y mejores aprendizajes, tal vez me permite rescatar niños más atentos y reflexivos.
Los niños necesitan ser guiados para descubrir lo que no ven, lo que no escuchan, si los adultos no lo conocen difícilmente lograremos la educación integral que se espera.
Este hombre me contó su historia y dibujó para mí, exteriorizando un mundo interior a través de los trazos, después de 48 años ciego, con cuatro años de imágenes guardadas. Sus emociones y planos en el espacio se funden, porque su mundo interior ha creado nuevas fantasias.
Trabajó con una aguja para trazar recorrido, al finalizar en un vidrio marqué la trayectoria trazada. Este dibujo representa para don Victor los rayos del sol reflejados en un barco, la lluvia en el campo humedeciendo caminos.
Don Victor recorre Chile sin temor, conoce el territorio Argentino y su peregrinar como misionero de la palabra de Cristo lo ha llevado por numerosos rincones de nuestro país, caminando sin bastón, porque la luz divina guía sus pasos. Su vida espiritual es ir buscando a Dios en oración y ayuno, para adquirir conocimientos, guiando a las personas que visita con un mensaje de salvación para el alma. El encuentro con Cristo a los 30 años se produjo por necesidades a través de la oración.
Dios lo ha bendecido porque es un hombre con visión y noción de las cosas, su mundo interior es poderoso porque se ha nutrido sin ver lo que nosotros vemos, tal vez la vista nos impide ver lo que llevamos dentro, ese otro yo que debe ser alimentado día a día.
Don Victor tiene pasajes bíblicos en sistema Braille, su sueño era realizar un viaje a los E.E.U.U ya programado que esperaba concretar para adquirir una biblia en su versión Reina Valera, junto a un diccionario bíblico.
A pesar de vivir con lo necesario y unos cuantos ahorros de sus negocios, sé que sus anhelos se harán realidad, su confianza que es la fe, lo hace un hombre seguro de sí mismo, buscando soluciones con esperanza porque para él los problemas los genera y alimenta el hombre. Todo sería más fácil si la fe naciera y creciera teniendo a Dios como eje central de nuestras vidas.
Después de unos meses pensando en este sueño busqué en Internet incansablemente hasta lograr que llegara a mi domicilio mes a mes cada uno de los 66 libros que conforman La Santa Biblia versión Reina Valera proveniente de los EE.UU. Esta edición fue editada en braille especialmente para don Victor, además desde la Fundación Braille de Uruguay le llegaron textos educativos y la Biblia en cassette.
He escrito su historia y sé que es por alguna razón, como instrumento debo entregar un mensaje que debe ser conocido, reconociendo la discapacidad en general como ejemplo de vida en su diversidad. Merecen la integración siendo muchas veces limitada desde una etapa escolar, porque tal vez los educadores no están preparados para educar par la vida, porque es muy difícil ser bueno para todo, porque cometemos errores, porque estamos educando sin ser educados, desconociendo los valores con quejas sin valorar aciertos, tal vez los cambios están cerca, sin embargo, nadie los ve........
- Inicie sesión para comentar