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Paper: El tiempo kantiano en poema de Rafael Alberti.

 

El tiempo invisible kantiano en el poema futurista “Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca.” de Rafael Alberti.

 

 

Carmen Gloria Carvajal V.

Magíster en Literatura

Universidad Playa Ancha de Valparaíso

 

-------------------------------------------------Resumen--------------------------------------------------

El artículo explora el tiempo en el poema futurista Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca, del poeta español Rafael Alberti bajo el concepto de tiempo invisible de Kant, específicamente, en sus tres modos: permanencia, sucesión y simultaneidad.

Palabras Claves:Futurismo, Alberti, Tiempo, Kant, Simultaneidad.

--------------------------------------------------Abstract--------------------------------------------------

This article explore the time in the futurism poem Buster Keaton search his bride across the forest, that she is a true cow, from the spanish poet Rafael Alberti, under the Kant’s concept of invisible time, specifically, in his three ways: permanency, succession and simultaneity.

Key Words: Futurism,Alberti, Time, Kant, Simultaneity.

 

Algunos de los autores de la Generación del 27 en España reconocen la importancia de las vanguardias en su formación personal y literaria. Tal es el caso de Rafael Alberti, uno de los escasos poetas españoles que se dejaron cautivar por el Futurismo. Este movimiento se inició, primeramente, en pintura y música y luego, tardíamente, en literatura[1]. Dicho movimiento vanguardista condenó el culto al pasado, al academicismo, a todas las formas de imitación, la armonía y el buen gusto. El poeta debía hallar inspiración en la vida moderna y preocuparse de la expresión y exaltación del movimiento y los dones de la vida contemporánea. El culto hacia la máquina hizo del avión y del cine los recursos privilegiados por excelencia. Y precisamente será el cine, disciplina artística que fusiona en sí todas las artes (recordando que la música se integra a partir de 1927, con la aparición del cine sonoro), la fuente de inspiración para la publicación de Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929) –frase que encontró Alberti en Las Hijas del Aire de Calderón de la Barca- , poemario de corte futurista que presenta matices surrealistas, etapa consiguiente del poeta español. Notables son dos poemas: Cita triste con Charlot (en homenaje a Chaplin) y Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca (en homenaje a Keaton y su papel en la película Go West).[2]

En el arte contemporáneo existe un cruce de la poesía a la pintura y de la pintura a la poesía (“ut poesia pictura, ut pictura poesia”). Mas, en este caso específico de Alberti, podríamos plantear que hay un nuevo cruce dado por el cine en la modernidad: “ut poesia cinema, ut cinema poesia”.

El Modernismo, tomando la libertad métrica del romanticismo, busca la musicalidad: ritmo y sonoridad proclamadas en “cuadros de palabras en libertad”[3] El Futurismo apuesta sintácticamente por la yuxtaposición, verbos en infinitivo, supresión de adjetivos y puntuaciones, incorporación de números y signos matemáticos, el encabalgamiento para enumerar, el montaje, la imagen y, como recurso cotidiano, la analogía y la simultaneidad. No obstante, fueron pocos los poetas que siguieron abnegadamente tal propuesta.

Alberti se reunía con Federico García Lorca, Luis Buñuel y Dalí en La Residencia de los Estudiantes. Allí admiran a los cómicos del cine mudo norteamericano a quien Alberti califica en su libro de ángeles tontos, “cuya ingenuidad los salva de los grandes dramas”[4]. En este contexto nace Yo era un tonto...

Alberti asumió en un principio que la creación literaria estaba claramente diferenciada de la comunicación referencial, de la transmisión de las ideas, aunque ésta se hiciera bajo la musicalidad. Queriendo abarcar la totalidad del lenguaje y la simultaneidad temporal, recurrió a la onomatopeya y al lenguaje coloquial.

En el poema Buster Keaton... se pretende abarcar la totalidad a través de la simultaneidad, la cual se manifiesta concretamente en el orden temporal. Para realizar un análisis del tiempo simultáneo se revisará a Kant y su propuesta temporal invisible[5]

Kant define tiempo y lo hace a través de la afirmación:“El tiempo no aparece; es una condición del aparecer”[6] Lo cual indica que el tiempo es insustancial, sólo existe en la medida que un sujeto lo pueda intuir dando como resultado su aparición. También agrega que esa percepción se obtiene gracias a la sensibilidad, que es la capacidad de recibir representaciones a través de objetos que nos modifican. En el caso de Buster Keaton...el primer objeto de percepción que modifica la sensibilidad estaría representado por el cinematógrafo, específicamente, la película Go West y su invocación posterior en el poema.

La materia que deviene lo diverso “debe encontrase en el espíritu (im Gemüt) pronta a aplicarse a todos [fenómenos][7]

Kant ante su pregunta de ¿Qué es el tiempo y el espacio?, responde con cuatro soluciones: ”son ya sustancias, ya accidentes, ya relaciones reales, ya relaciones que dependen de la constitución subjetiva de nuestro Gemüt [...] Si nos desprendemos de la única condición subjetiva bajo la cual podemos recibir la intuición externa, a saber, que seamos afectados por los objetos externos, nada significa la representación del espacio. [...] Si hacemos abstracción de nuestro modo de intuición y de la manera como, por medio de esta intuición, abarcamos todas las intuiciones externas en nuestro poder de representación [...], entonces el tiempo no es nada.”. Es necesario para la intuición del espacio-tiempo la percepción consciente y su respectiva representación del objeto. Sólo el tiempo existe en la medida que lo concebimos. En el tiempo histórico Alberti percibe a Keaton, en el tiempo lírico, el hablante percibe sus huellas, elemento básico en la toma de conciencia de la trascendencia. El tiempo y el espacio ya son intuidos:

 

                        “1, 2, 3 y 4

                        En estas  cuatro huellas no caben mis zapatos.

                        Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos,

                        ¿de quién son estas cuatro huellas?”

 

El espacio, como diría Kant,  no es sustancia ni accidente, sino, relación de exterioridad. “Entiendo por exposición trascendental la explicación de un concepto como principio a partir del cual puede entenderse la posibilidad de otros conocimientos sintéticos a priori.[8] Los conocimientos previos están dados por las huellas, los zapatos y la sonoridad rítmica que recuerda adivinanzas populares.

El tiempo, plantea Kant, es subjetivo: “El tiempo no es más que forma de nuestra intuición interna .si quitamos de él lo peculiar de nuestra sensibilidad, desaparece el mismo concepto de tiempo; no es inherente a los objetos mismos, sino, simplemente al sujeto que los intuye”[9]

Dicha intuición interna la manifiesta el hablante lírico en los versos:

 

                        “¿Georgina pasó por aquí?

                        (Pi, pi, pi, pi)

                        Ha pasado a la una comiendo yerbas.”

 

Y en este otro verso:

 

                        “Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca.”

 

La presuposición de un orden temporal definido gracias a toda percepción de cosas

como simultáneas o sucesivas está acompañada de la observación: la sucesión no “produce” la noción de tiempo, sino que “apela a ella”. En relación a esto, en Buster Keaton... esta sucesión no producida , sino, apelada se da por el fluir de la conciencia, sucesión de pensamientos que da la sensación de temporalidad lineal:

 

                                   “¿Qué pensarán de mi los bigotes de tu papá?”

                                   “el cuervo la iba engañando con una flor de resada.”

                                   Cuacua,

                                   la lechuza, con una rata muerta.”

 

Existe una coordinación general de las cosas que sólo se intuye como un horizonte dispuesto a ser llenado. El tiempo tendría carácter fragmentario, pues la idea de tiempo es anterior a la experiencia temporal y factual. El tiempo es singular, no existe más que un tiempo del que todos los tiempos son partes, no especies. Dicho de otro modo, los tiempos verbales no serían más que metonimias, partes de un todo.

El espacio se representa como una magnitud infinita “...por eso la representación originaria del tiempo debe ser dada sin limitación. Esto es convocarlo sin poder producirlo.”[10] Frente a esto, la eternidad es el ejemplo preciso:

 

                        “Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca.

                        Tu papá, que eras una dulce niña.”

 

El tiempo es eterno y empieza y se deposita un punto de inicio. Ahí se pude representar linealmente. Esto da la idea de orden: “todos los fenómenos se hallan sometidos a priori, en lo que a su existencia se refiere, a las reglas que determinan su relación mutua en un tiempo dado.”[11] Tal punto de inicio está dado por el reconocerse en plena vía pública, en sus huellas y luego gritar por Georgina y llamarla a bocinazos.

 

                        “(Pi, pi, pi, pi)

                        ¡Georginaaaaaaaaaa!

                        ¿Dónde estás?”

 

Según Kant, tres son los modos del tiempo: permanencia, sucesión y simultaneidad.

Las relaciones de tiempo sólo son, pues, posibles desde lo permanente “ya que no hay más relaciones de este tipo que las de simultaneidad y las de sucesión. [...] Pero, como el tiempo en cuanto tal no puede ser percibido, sólo gracias a la relación de lo que persiste con lo que cambia, en la existencia de un fenómeno, podemos discernir este tiempo que no pasa y en el que todo pasa.”[12] Sólo percibimos su permanencia en las sucesiones.

La sucesión estaría dada por la causalidad, el tiempo no se puede percibir en sí mismo. Existen dos tipos de sucesión: “la que descansa en una relación objetiva entre las apariencias [...] y la admite un arbitrario subjetivo.”[13] De esto se desprende que lo subjetivo radica en la imaginación y lo objetivo obedece a reglas.

Lo objetivo, que si bien es cierto es escaso en este poema, estaría dado por los versos:

 

                        “Ha pasado a la una comiendo yerbas.”

 

Por otro lado, lo subjetivo es lo que realmente impera en este poema. Algunos ejemplos:

 

                        “¡Señores, perdonadme, pero me urge llorar!

                        (Gua, gua, gua)”

                        “Hasta los grillos se apiadan de mí

                        y me acompaña en mi dolor la garrapata.”

                        “Compadécete del smoking que te busca y te llora entre aguaceros

                        y del sombrero hongo que tiernamente

                        te presiente de mata en mata.”

                        “Yo nunca supe nada”

 

En relación a la simultaneidad, plantea Kant que “ es la existencia de lo diverso en el mismo tiempo”[14], percibiéndose en la acción recíproca. En dicha acción recíproca, podemos representar sustancias como existiendo simultáneamente en dos aspectos: a) simultaneidad entre diversos instantes fundada con la acción recíproca (comunidad) y b) la contemporaneidad entre dos o varios cursos de experiencia, creados por una reciprocidad de orden existencial: vivir juntos.

Esta simultaneidad está presente en este poema en los acontecimientos. Haciendo uso de las formas no personales del verbo (específicamente el infinitivo tan recurrente en el futurismo) los acontecimientos presentes en Buster Keaton... son reconocerse, buscar, gritar, recorrer, preguntar, desesperarse, ofuscarse, terminar y despedirse. Y si bien es cierto algunos verbos no son recíprocos, sino más bien, reflejos, lo recíproco estaría dado por los cursos de experiencia y el soliloquio entablado consigo mismo a través de preguntas retóricas.

Esto conlleva a los verbos, propiamente tal. La simultaneidad se presenta en la multiplicidad de tiempos verbales que, presentados en forma correlativa a los acontecimientos y situados en un punto fijo, da la sensación de linealidad. El pasado, el presente, el futuro y el tiempo de la eternidad, el tiempo infinitum.[15]

Del presente:

 

                        “En esta cuatro huellas no caben mis zapatos.”

                        “Hasta los grillos se apiadan de mí.”

                        “¿Eres una dulce niña o una verdadera vaca?”

 

Del pasado:

 

                        “¿Georgina pasó por aquí?”

                        “Ha pasado a la una comiendo yerbas.”

                        “Yo nunca lo supe.”

 

Del futuro:

 

                        “¿Qué pensarán de mi los bigotes e tu papá.?

 

Del infinitum:

 

                        “Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca.”

 

La simultaneidad también está dada por las onomatopeyas. En el afán de capturar en el poema la temporalidad objetiva o exterior con la subjetiva de la imaginación (dada por el fluir de la conciencia, las preguntas y los gritos) se recurre constantemente a ella:

 

                        “(Pi, pi, pi, pi)

                        ¡Georginaaaaaaaaaa!”

                        “(Papaaaaaaaa.)”

                        “Cucu,

                        el cuervo la iba engañando con una flor de resala.

                        Cuacua,

                        la lechuza, con una rata muerta.”

                        “Adiós, Georgina.

                        (¡Pum!)”

 

 

 

Los futuristas pretendían plasmar en su poesía toda temporalidad, tanto subjetiva como objetiva, esto dentro del plano de la creación. Para ello recurrieron a la simultaneidad que ya había planteado Kant cuando definió tiempo y espacio. Esta ansia será rescatada por los surrealistas, quienes le suceden en las vanguardias. De este modo, los futuristas dejarán cimentadas las bases para la creación poética y la libertad absoluta y se desprenderán del canónico concepto experiencial de lo escrito. A pesar de que los poetas italianos futuristas son los que tendrán la mayor producción poética, el poeta español Rafael Alberti rescatará los valores de esta vanguardia: amor al movimiento, simultaneidad y presencia de lo moderno dado por el auto y el cine en su poemario Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos.

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía.

 

Pierre, José .El Futurismo y el Dadaísmo, Aguilar S.A. ediciones, Madrid, 1968.

Ricoeur, Paul. Tiempo y Narración, Tomo III, Siglo XXI editores S.A., México, 1996.

http://cvc.cervantes.es/actcult/alberti/sobre_poeta/

http://www.rafaelalberti.es/




[1]
El Manifiesto del Futurismo fue publicado por F.T. Marinetti en Le Fígaro el 20 de febrero de 1909. Le continúa el Manifiesto técnico de la literatura futurista publicado por Marinetti el 11 de mayo de 1912 y, finalmente, el Manifiesto técnico de la pintura futurista por Boccioni y otros el 11 de abril de 1920.

[2]Go West, EUA, 1925, de Buster Keaton. Con Buster Keaton, Howard Truesdale y Kathleen Myers. 80’.

[3]José Pierre, El Futurismo y el Dadaísmo, Aguilar S.A. editores, Madrid, 1968, página 29.

[4]http://cvc.cervantes.es/actcult/alberti/sobre_poeta

[5]Kant en Paul Ricoeur, Tiempo y narración, Tomo III, Siglo XXI Editores S.A., México, 1996.

[6]Ídem, pág. 695

[7]Ibid., pág. 696

[8]Ibid., pág 697

[9]Ibid., pág. 699

[10]Ibid., pág. 701

[11]Ibid., pág. 703

[12]Ibid., pág. 704

[13]Ibid., pág. 706

[14]Ibid., pág. 707

[15]Término acuñado por la autora del ensayo.