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Modelo de Análisis Narratológico

UN MODELO DE ANALISIS NARRATOLOGICO APLICADO AL CUENTO “LAS RUINAS CIRCULARES” DE JORGE LUIS BORGES.

 

Carmen Gloria Carvajal V.

Magíster en Literatura UPLA

 

 

El 23 de agosto de 1899 nace Jorge Luis Borges en Buenos Aires, hijo de Jorge Guillermo Borges y Leonor Acevedo, en la casa familiar de la calle Tucumán, entre Esmeralda y Suipacha. En 1901, tras el nacimiento de su hermana Norah, la familia decide mudarse a una casa más amplia de Palermo, barrio en el que Borges conocerá con el paso del tiempo las andanzas de diversos compadritos que pueblan sus ficciones y decidirá su vocación literaria, promovida por el padre y la frecuentación de su amplia biblioteca de ilimitados libros ingleses. Su padre se jubila en 1914 y emprende con la familia un viaje a Europa para someterse a un tratamiento oftalmológico. Después de recorrer Londres y París, se establecen en Ginebra (Suiza) al no poder regresar a Argentina por el estallido de la Gran Guerra, cursando tres años del bachillerato en el Lycée Jean Calvin. Estudia francés y alemán, idiomas que le permiten ampliar sus lecturas y descubrir entre otros a los poetas expresionistas y a importantes filósofos (Schopenhauer, Nietzsche, etc.). En España, Borges frecuenta las tertulias de Cansinos-Asséns en el café Colonial de Madrid y forma parte del movimiento ultraísta que habría de encabezar en Argentina. Al regresar a Buenos Aires en 1921, Borges "descubre" los suburbios porteños que aparecen frecuentemente en sus primeros libros de poesía (Fervor de Buenos Aires, 1923; Luna de enfrente, 1925; Cuaderno San Martín, 1929) y comienza a publicar numerosas colaboraciones en revistas literarias y periódicos. Funda, junto a otros escritores, las revistas Prisma y la segunda época de Proa y en 1925 publica su primer libro de ensayos, Inquisiciones, al que seguirán El tamaño de mi esperanza (1927) y El idioma de los argentinos (1928), excluidos de sus Obras Completas.  Preside la SADE durante el período 1950-1953.

            Le son propios a Borges ciertas temáticas tales como el espejo, los laberintos, el tiempo alterado, la otredad y el mundo onírico y la vigilia. Los personajes de Borges se mueven en espacios intermedios e indefinidos.

Las Ruinas Circulares presenta a un personaje viejo cuyo origen es desconocido, se presume que es del sur y nadie lo vio arribar durante la noche anterior. En sus sueños voluntarios crea a un hombre. Al final del cuento, el personaje, teme que su “hijo” medite sobre su existencia y descubra la ficción, “el mero simulacro” y decide poner fin a su vida aprovechando un incendio que acababa de declararse. Al no quemarse, va dándose cuenta de lo que realmente sucede: él, al igual que su criatura, también está siendo soñado. Esto nos recuerda a Unamuno en su libro Niebla, en el cual el personaje de Augusto Pérez salta del plano de la ficción y se “entrevista” con el supuesto autor y le informa la determinación de suicidarse. Dicho fenómeno literario será denominado por Prince “metalepsis”.

            Gerald Prince, en su diccionario de narratología, define la metalepsis como “La intrusión en una diégesis (diégèse) de un ente de otra diégesis” [1] Esto es: los personajes saltan a diversos planos de la ficción.

TESIS: aplicando el modelo de C. Bremond[2], postulamos que en el cuento “Las ruinas circulares”de Borges se presenta la metalepsis utilizando como recurso para ello el sueño.

ANÁLISIS: para comprobar la tesis nos enfocaremos en la voz del narrador quien, a través de sus enunciados, nos mostrará cómo un ser imagina y es imaginado.

 

1.-ENUNCIACIÓN:

NARRADOR: el narrador de “Las Ruinas Circulares” corresponde a un narrador heterodiegético, pues es conocedor del relato completo, no participa de las acciones,  situándose in extrema res, pues narra desde un futuro con el conocimiento cabal de la historia.

Perspectiva del narrador: es el punto de vista que adopta el narrador. En el aspecto moral plantea un juicio cuando declara entre paréntesis (recurso utilizado para comentar algo que se aleja a la temática principal del texto) en relación a la imagen mental de su creación: “(Más le hubiera valido destruirla)”

Perspectiva comprensiva: grado de conocimiento del narrador. El narrador de Las Ruinas Circulares es omnisciente, a pesar de que empieza el relato en forma relativa, en la medida que nos introduce al relato nos va introduciendo en la mente del mago.

Perspectiva interpretativa: interpretación ideológica del narrador. En este caso, dado a la frase ya citada, enjuicia la acción de formar a un hombre según su imagen y semejanza como un error que le traerá consecuencias al hombre que sueña, al mago, pues teme que el hombre “piense” y se dé cuenta de la creación que es. El pensamiento es la base para la duda y luego la pérdida de fe.

Perspectiva posicional: es el punto temporoespacial en el cual se ubica el narrador. En este sentido, se ubica in extrema res, pues está posterior a los sucesos. Se sitúa como narrador bien informado, pues no presenció la acción, sólo narra lo que supo y, de hecho, a  la perfección y con detalles a través del recurso metaficcional de la tradición oral: “Al cabo de un tiempo que ciertos narradores de su historia prefieren computar en años...”

Perspectiva moral: a pesar de que el narrador no presenció la historia, está bien informado, con detalles e intimidades como, por ejemplo, el miedo, la desconfianza, etc. Juzga la acción del mago de no haberse arrepentido a tiempo como inapropiada e insensata.

Perspectiva del Tiempo: el tiempo es incierto y subjetivo. Primero habla de días, luego, el narrador nos dice que fueron semanas y meses de imaginarse su creación para, finalmente, confundir al lector presentándose como alguien que no controla el tiempo y debe fiarse de las respuestas subjetivas que le dan los otros testigos oculares. Hay un racconto a través del narrador que supo de la historia a oídas.

Lenguaje: el lenguaje que utiliza el narrador corresponde al nivel culto formal (“En las cosmogonías gnósticas, los demiurgos amasan un rojo Adán”) con algunas figuras líricas: comparación, polisíndeton, personificación, etc. “En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó”, “El término de sus cavilaciones fue brusco, pero le prometieron algunos signos”, “tan inhábil y rudo y elemental como ese Adán de polvo era el Adán de sueño que las noches del mago habían fabricado”.

Estilo: poéticamente, el narrador utiliza muchas figuras poéticas tales como: reiteraciones “En el sueño del hombre que soñaba, el soñado se despertó”, polisíndeton  “en el sueño y la vigilia”, intertextualidades “las mil y una noches secretas”. Hay yuxtaposición, pues hay una carencia de conectores causativos o consecutivos. El estilo narrativo es indirecto, pues la voz y la visión corresponden sólo al narrador.

Modos narrativos: se destaca la intertextualidad de dicho cuento: se cita a Adán y Eva, las mil y una noches, el zend, textos que per se son mágicos.

Disposición de los motivos: se utiliza la técnica del racconto para regresar al origen de lo que será el conflicto posterior. Utiliza preferente, el soliloquio, pues se habla a sí mismo y al mismo tiempo nos  narra desde y su mirada.

 

ENUNCIADO

Mundo Narrativo:

Acontecimiento: El narrador nos cuenta la historia que le ha llegado a través del la tradición oral. Se compara con un ser divino pues conoce la historia, a pesar de lo compleja que es.

Fábula: hay conexión entre el desarrollo y la trama, pues todo avanza en la medida que se va dando a conocer el personaje a través de nuestro narrador:

a) llega el hombre a la aldea donde se desarrolla el cuento.

b) le gusta pasar desapercibido y reza.

c) duerme en el templo porque sabe que no será interrumpido.

d) sueña, tras dos meses míticos y simbólicos.

e) crea al hombre perfecto en su imaginación. Lo perfecciona en dos años.

f) quiere detener el extremo descubrimiento de la creación de otra alma, para ello

g) se introduce en incendio en el templo para autoeliminarse.

h) se da cuenta de que él no se quema (descubre a través de su acto cometido que no se quema y reconoce ser hijo de alguien más)

El ciclo narrativo: existen tres partes en el ciclo:

a) la posibilidad o virtualidad: presente a través del mago que siente deseos incontrolables de dormir y, así, soñar al Otro, su propia creación y ser de esta manera un pequeño dios.

b) el acontecimiento: efectivamente, el mago duerme años mientras perfecciona al hombre y lo va puliendo. Se encariña tanto con su criatura que es incapaz de cortar como Padre el cordón umbilical que lo conecta a su hombre ilusorio e intenta dilatar su separación.

c) resultado del proceso: muy por el contrario de lo que lector pudiera imaginar, finaliza el relato en que el hombre que “el mago” creó es inexistente en la realidad ficcional, sólo habita en sus sueños al igual que él, quien no es tocado por el fuego del templo, pues el viejo también está siendo soñado. He aquí la metalepsis.

Temática: corresponde a un hombre obsesionado con la creación de un hombre a su imagen y semejanza, incluso, perfeccionado y, para ello, recurre al sueño.  En relación al sueño en la literatura, De Torre planteará que “el sueño no es la mera negación de la vida despierta, es tan autónoma como ella. La doble condición a la vez corpórea y espiritual, de la potencia creadora yacente en el sueño, aconseja éste a la poesía; pues el sueño nos permite hundirnos en las propias fuentes de la vida sicológica, coincidir con la fuerza productiva, siempre una y la misma, que origina las fuerzas de la naturaleza tanto como las imágenes síquicas. Gracias al sueño podemos descubrir la más profundas de nuestras analogías, de todas nuestras concordancias rítmicas con la naturaleza; podemos advertir cómo el acto creador del poeta, que él toma por un acto de su yo, es el mismo acto que crea los seres vivos.”[3]

Personajes: el cuento de Borges tiene un personaje clave: el hombre, al cual el narrador le denomina indistintamente como viejo y mago. Este ser  anónimo, al igual que el verdadero nombre del Dios cristiano, opacará a los otros personajes que no son más que sombras dentro del relato. Personaje misterioso, proviene de lugares recónditos y exóticos que nuestro narrador ni siquiera es capaz de imaginar. El hombre que este mago crea, no participa mayormente de la acción. Todo gira en torno a este personaje extraño. Ante esto, nos dirá Guillermo de Torre en relación al movimiento ultraísta “el ultraísmo propende a la formación de una mitología emocional y variable.”[4]

Espacio: el espacio en este cuento es imaginario, mítico, pues  es un templo donde se practica fielmente una fe que el lector es incapaz de dilucidar. Físicamente, somos incapaces de reconocerlo, sólo sabemos de una canoa de bambú y religión zend lo que nos remonta a la India, pero no es seguro, pues nos habla de influencia del griego e inexistencia de la lepra y cañas de bambú. He aquí la incertidumbre: puede ser cualquier parte, supuestamente, oriental.

El espacio interior es apenas nombrado: le dejan comida, hay algunos adornos, pero nada más. Como lectores nos deja bajo la incertidumbre, pero al mismo tiempo, la posibilidad de recrearlo en nuestra mente.

Ambiente: no aparece claramente, pero han de ser monjes debido a que andan descalzos y le dejan higos para comer y las ruinas circulares eran antiguos templos.

Atmósfera o clima: la incertidumbre ante una cadena onírica ficcional sin fin de quién sueña a quién, al hombre lo sueña el mago y nosotros como lectores soñamos al mago... Queda la incertidumbre de quién sueña al lector.

Síntesis: el cuento “Las ruinas circulares” a través de este modelo nos muestra la metalepsis de los personajes donde los límites ficcionales no están muy claros, donde la temporalidad circular y el sueño versus la vigilia nos confunde como lectores sin saber cuántos “metasueños”[5] hay en realidad.

 

 

 

 

Bibliografía.

-C. Bremond en Morales, Eddie: Un modelo de análisis narratológico aplicado al cuento “Talpa” de Juan Rulfo. http//www.upa.cl.humanidades

-De Torre, Guillermo: Problemática de la Literatura, Editorial Losada, Buenos Aires, 1966.

-De Torre, Guillermo: Ultraísmo, existencialismo y objetivismo en Literatura. Ediciones Guadarrama, Madrid, 1968.

-Prince, Gerald, Dictionary of Narratology, University of Nebraska Press, Lincoln, 1987.




[1]
Prince, Gerald, Dictionary of Narratology, University of Nebraska Press, Lincoln, 1987.

 

[2]C. Bremond en Morales, Eddie: Un modelo de análisis narratológico aplicado al cuento “Talpa” de Juan Rulfo. http//www.upa.cl.humanidades

[3]De Torre, Guillermo: Problemática de la Literatura, Editorial Losada, Buenos Aires, 1966.

[4]De Torre, Guillermo: Ultraísmo, existencialismo y objetivismo en Literatura, Ediciones Guadarrama, Madrid, 1968.

[5]Palabra acuñada por la autora.