El aprendizaje es un proceso que contempla varios factores dentro del sistema escolar una de ellas es la calificación que por definición es: “Expresiones cuantitativas o cualitativas con las que se valora o mide el nivel de rendimiento escolar de los alumnos. Acción y efecto de calificar”. (Diccionario RAE)
Si consideramos la definición anterior podemos decir que la calificación es parte del proceso de evaluación, pero hoy en día la calificación se toma como “una nota” que permite que el alumno apruebe el curso, tomando otro tipo de connotación a lo que es realmente. Si analizamos el decreto 511-97, este nos explica las “reglas” de la calificación y el fin de estas, la cual se toma como el resultado de la evaluación expresado en calificaciones, esto quiere decir que es un método para tomar el juicio de valor del profesor y registrarlo como el nivel de avance del alumno, y en ningún caso se toma como el fin de la evaluación, es decir, la calificación no es lo principal al momento de evaluar si no que es parte del proceso en concordancia con lo que el documento entregado en clase que lo que pretende es dejar en claro y disminuir el alto poder que se le otorga a la calificación, ya que el propósito de esta es el fortalecer el compromiso de los estudiantes en la construcción de sus propios aprendizajes para hacer partícipe al estudiante y que el rol del profesor sea de facilitador de los aprendizajes.
La evaluación es un proceso que comienza antes de tratar los contenidos y finaliza al finalizar la clase. Deberíamos evaluar constantemente a nuestros estudiantes porque la calificación, si bien, puede reflejar el conocimiento del alumno, no refleja su metodología de trabajo. Pese a que como docentes contamos con un sin número de estrategias y herramientas que contribuyen a facilitar el aprendizaje, son los estudiantes los protagonistas de su propio aprendizaje y debemos contribuir a que el profesor deje de ser protagonista, deje de ser el centro del aula y comencemos a guiar a los alumnos, para generar el aprendizaje.
Por otra parte no solo es importante evaluar a nuestros estudiantes, sino también es importante que ellos sean partícipes de la evaluación y que sepan que se les evalúa y cómo se les evalúa, ya que el fin de la evaluación es mejorar. Tomar decisiones para mejorar el aprendizaje y estas decisiones no pueden ser tomadas sólo por los profesores, sino en compañía de nuestros alumnos, ya que ellos son quienes queremos que aprendan y si no son capaces de influir en su propio aprendizaje, nosotros tampoco podremos hacerlo ya que las ganas de aprender parten desde ellos.
Es por esto que la calificación es parte del proceso de evaluación y no es un simple acto de “poner notas” y ya puesto que debería ser el comunicar juicios acerca de los logros como, lo dice la definición de evaluación, que está contemplado en el decreto 511; es decir que si por definición nos dice que calificar es parte del proceso de evaluar y no el fin ¿Por qué hoy día el concepto de calificación es otra?, la respuesta de esta pregunta tiene que ver con que al desconocer que la calificación es un proceso para dar un juicio de valor por parte del docente y verificar que el aprendizaje es óptimo, significa seguir poniendo notas sin el significado que debería tener en realidad. Si apreciaramos la calificación por su función informativa, podrían derivar en mejores decisiones que, por consecuencia, serían mejoras educativas significativas en nuetsros estudiantes.
Por ende podríamos decir que las calificaciones son expresiones de juicios de valor, que resumen y comunican el proceso de evaluación de los aprendizajes y que está considerado en la definición de evaluación y en el proceso de esta misma como parte de ella pero no como fin. Es por esto que debemos considerar que la calificación se da como resultado de la evaluación y es una herramienta para medir el aprendizaje y no el fin del aprendizaje, se podría decir que se cuantifica el nivel de logro predeterminado por el instrumento que se utiliza para evaluar, y que se utiliza para clasificar al evaluado, con el fin de mejorar el proceso de enseñanza aprendizaje.
Referencias:
Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas. Ministerio de Educación República de Chile. Marco para la Buena Enseñanza. 2008
Jorquera Aceituno, Claudio. Las calificaciones escolares. 2002
Ministerio de Educación República de Chile. Decreto 511. 1997
Ruiz Cordoba, Ma del Carmen. Evaluación vs Calificación. 2009
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