En este mundo tan convulsionado, tan vertiginoso y desvergonzado, me he tomado un espacio, un instante, para reflexionar sobre las gallinas, los gorriones y las águilas. Esto a propósito de lo que alguna vez compartiera con nosotros el profesor Juan Bustamante. A ver si me siguen. Las gallinas, en general son las más y están por doquier. Viven encerradas en el corral, esperando la aparición de su amo, quien las alimenta constantemente con migajas, y de cuando en vez, sacrifica una para preparar una buena cazuela. Tiquitiquiti... es el sonido que siempre escuchan, esa señal es la que indica que es hora de alimentarse, sin embargo, en no pocas oportunidades esa engañosa resonancia representa una muerte segura. Las gallinas, viven y dependen de lo que otros hagan, corretean por el corral, tratando de volar, pero nunca pueden alzar el vuelvo por que están condenadas a vivir en el gallinero. Tampoco permiten que otras gallinas salgan del gallinero. Cacarean, pero "no vuelan". La mirada de estas aves es corta y así también lo es su vuelo. Las gallinas no se dan cuenta que son gallinas.
Algo más arriba vuelan los gorriones. Estos, a diferencias de las gallinas, son aves mucho más ágiles e independientes, vuelan a media altura, realizando incesantes piruetas para impresionar a los demás. Se alimentan de granos, frutas, insectos que atrapan y migajas de pan. Los gorriones pueden volar distancias cortas, lo que les permite mayor independencia. Sin embargo, al igual que las gallinas, se dejan llevar por lo que otros gorriones hacen. Los gorriones, en muy pocas ocasiones, tienen noción de su condición de gorriones.
Finalmente, más encumbradas están las águilas, son pocas, pero vuelan alto y lejos. Estas magníficas aves son autónomas, piensan y deciden por sí solas. Son listas, agudas y perpicaces. Viven emancipadas y libres, sin depender de lo que los demás hacen. Saben hacer sentir su poder cuando es necesario. Las águilas siempre vuelan por sobre las demás aves, lejos de las gallinas y los gorriones. Son capaces de observar desde lo alto los intentos de vuelo de las gallinas y las escaramusas de los gorriones.
La gallina no sabe hasta donde vuela el gorrión, y este último no conoce hasta dónde es capaz de llegar el águila, pero el águila sabe claramente el alcance de la gallina y el gorrión. El águila puede bajar al corral, o a los árboles, pero ni los gorriones ni las gallinas pueden alcanzar las alturas en donde habitan las águilas. El águila tiene certeza de su condición de águila. Y Tú ¿Eres gallina, gorrión o águila?
Juan Carvajal Fernández - Maestro Certero
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Comentarios
Elvira del Carmen Barrueto Vergara respondió el Enlace permanente
Estimado profesor Juan
Estimado profesor Juan Carvajal y colega:
Junto con saludarlo, quiero manifestarle que me encanta su artículo sobre las gallinas, gorriones y águilas, ya que hay mucha verdad en lo que plantea.
Esto llevado al mundo de las personas nos muestra que muchas veces las personas no somos conscientes de nuestros potenciales y en la práctica de la docencia nos ocurre lo mismo como también le sucede a nuestros estudiantes.
De ahí que existe una responsabilidad individual en el tratar de descubrir nuestros talentos para ponerlos al servicio de la educación de niños y niñas; puesto que, sólo quiénes llegan a ser verdaderos maestros pueden descubrir los diferentes niveles de desarrollo de las personas porque pueden mirar desde arriba.
Al respecto, Paulo Freire dice que: "La educación es un proceso, a través del cual todas las personas implicadas en él, educan y son educadas al mismo tiempo".
Muchas gracias por su valioso aporte.
Se despide muy atte.
Profesora Elvira
Juan Arnoldo Carvajal Fernández respondió el Enlace permanente
Profesora Elvira, me alegra
Profesora Elvira, me alegra mucho que el árticulo sea de su agrado. Desde mi humilde visión, nuestra tarea docente es mostrar el camino, permitir que aquellas personas que tienen condiciones de águila alcancen su vuelo, su pleno potencial, la educación tiene mucho de aquello. También soy promotor de la pedagogía crítica que formuló el maestro Paulo Freire. Gracias por su comentario.