MOTIVACIÓN FRENTE AL ESTUDIO
Por lo general, el adolescente se niega a estudiar porque no logra sentirse valioso como estudiante; se siente un fracasado, no sabe estudiar, no tiene voluntad ni está motivado, no se organiza ni planifica bien su tiempo. Pero no menos importante es el hecho de que las clases siguen siendo aburridas, excesivamente memorísticas, y además, normalmente el profesor se ocupa más de calificar que en comprobar si los alumnos aprenden y se sienten a gusto en la clase. Aparte de eso en la mayoría de los centros educacionales cuando el alumno presenta ciertas dificultades o muestra ciertas limitaciones intelectuales, se le abandona a su suerte y cae en el fracaso escolar por falta de motivación o ayuda especializada.
Cuando los padres descubren que su hijo no se valora o se siente poco capaz y esta desmotivado deben asumir una actitud más positiva y motivadora.
Los padres podrían tomar las siguientes medidas frente a un adolescente desmotivado:
v Animarlo y estimularlo con la idea de que si se quiere, puede obtener todo en base de tesón y esfuerzo y que cuenta con la ayuda de sus padres para lograr los necesarios hábitos de confianza.
v Los padres deben aceptar a su hijo tal como es y deben enseñarle a que se acepte y valore, permitiéndole ser él mismo y desarrollar su plena individualidad.
v Ambos padres deben mantenerse unidos frente a los criterios de exigencia y de responsabilidad.
v El papá y la mamá deben valorar cualquier pequeño éxito o esfuerzo que el adolescente realice y hacer lo posible porque acumule el mayor número de éxitos y de resultados dignos de elogio que sea capaz de obtener.
v Dialogar, la comunicación entre padres y adolescentes es fundamental, el intercambio de opiniones debe estar siempre presentes en la relación paterno-filiales.
v Unir la firmeza y la autoridad con la comprensión, la tolerancia y el cariño, especialmente cuando el adolescente se siente desanimado.
v El adolescente debe ser apoyado para colocarse metas realistas, que no sean demasiado fáciles o demasiado difíciles.
v Todo adolescente debe sentir que es valorado por sí mismo, como persona, como hijo, y que se lo quiere independientemente de que sea un mejor o peor estudiante.
v Los padres deben inculcarle y exigirle una buena disciplina para que aprenda a ser responsable, pero siempre rodeado de un clima de afecto, comprensión, entendimiento y respeto.
v Para lograr una buena motivación paterna frente al estudio, éstos deben mantener un contacto permanente con el colegio, la dirección y los profesores, con el fin de lograr que todos se sumen a actitudes educativas que hagan posible la superación del sentimiento de frustración, incapacidad y lentamente logre una imagen positiva de sí mismo.
Los padres deben cuidar ciertas actitudes que pueden contribuir a que sus adolescentes se sientan desilusionados por el estudio. Entre ellas podemos mencionar:
I Disparidad de criterios entre los padres en cuanto a la línea educativa que se va a seguir, de manera que el hijo nunca sabe a que atenerse.
I Autoritarismo de una de los padres y sobreprotección del otro.
I Constantes disputas, insultos, descalificaciones y desavenencias familiares.
I Mostrarse muy perfeccionistas, severos, rígidos y exigentes.
I Estar muy atentos a los descuidos o equivocaciones de los hijos para reprenderlos o ridiculizarlos, sin fijarse en las cosas buenas y dignas de alabanza.
I Ser padres inconstantes, débiles, sobreprotectores y excesivamente permisivos.
I No aparecer nunca por el colegio para comunicarse con los profesores, ni interesarse por los resultados escolares, salvo los resultados finales.
I Descuido e indiferencia frente a las tareas que deben realizar en casa, dándoles a entender que no nos interesan.
Para lograr buenos resultados la disciplina es imprescindible, ya que se logra establecer un ritmo de estudio controlado por él mismo y supervisado por los padres, lo que permite que el estudio sea eficaz.
Una disposición eficaz y válida pone en funcionamiento la voluntad, la inteligencia y el corazón teniendo como resultado la autodisciplina no sólo para el estudio sino para cualquier labor que se proponga.
La actitud mental positiva que le hace sentir capaz y competente, obteniendo estupendos resultados que refuerzan su motivación y autoestima. Para alcanzar pequeños logros es necesario confiar en uno mismo, recibir felicitaciones y palabras de aliento de parte de los padres y de los profesores tras cada esfuerzo y comprobar que si uno pone los medios, el éxito siempre llega.
Otro aspecto tremendamente importante es la dedicación plena e incondicional. No se puede estudiar con eficacia si constantemente se encuentran razones y justificaciones para estudiar menos de lo planificado. El mínimo esfuerzo jamás permite el logro de las metas. Hay que entregarse al estudio con plena dedicación, tratando de entender, memorizar, retener y comprobar que se es capaz de expresar de forma oral y por escrito, todo lo que es materia obligada de estudio.
Finalmente debemos mencionar el tesón y la persistencia. Frente al estudio no valen las prisas y la interrupción del trabajo, tratando de autoengañarse diciendo: “mañana lo tomaré con más ganas”. Sólo se debe dejar de estudiar cuando el cansancio físico o mental nos da los primeros avisos, y entonces es necesario tomarse un descanso y luego recomenzar.
Para lograr el éxito en el estudio todo estudiante debe planificar y organizar el tiempo, aprovechar al máximo las aptitudes, atender en clases a las indicaciones del profesor y participar activamente, marcarse objetivos realistas, aclarar siempre las dudas y preguntar aquello que no se entiende, mejorar el método de estudio, repasar los contenidos y FELICITARSE por cada logro.
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