Soy la voz del bosque milenario
que arrasaste con tu sierra y tu motor
con mi voz se escuchan otras voces,
que bajo mi alero tenían su mansión.
Soy la voz de tus campos silenciosos,
sin grillos, ni cigarras, ni ranas, ni trinar,
esos músicos campestres sucumbieron
de tanto fumigar tu pastizal.
Soy la voz del suelo empobrecido
transformándose en desierto destructor,
tú, hombre, me usaste malamente
y ahora estoy abandonado y enfermo de erosión.
Soy la voz de estos ríos cantarinos
que tus abuelos solían ensalzar,
me quedé sin vida en mis entrañas
y mis aguas son ahora un veneno mortal.
Soy la voz de cientos de animales
que mataste por el gusto de matar,
no dejaste ni una muestra de mi especie
ni en esas cárceles con barrotes de metal.
Soy la voz de tus mares que te piden clemencia
que no cometas más errores en tu loco cosechar
deja algo a tus hijos y a tus nietos
lo van a necesitar.
Soy la voz enronquecida de tu aire
de ese que necesitas cada minuto en tu vivir,
los humos de los monstruos que inventas
te matan a ti mismo poco a poco sin sentir.
Soy la voz de tus ciudades inhumanas, ç
tu me hiciste gris, hostil, impersonal,
el estruendo y el smog de mis calles te enloquecen
pero debes arrastrarte en ese hormiguero infernal.
Soy la voz de los niños que murieron
y de otros que pronto morirán,
la ceguera del hombre no repara
en sembrar por doquier la ponzoña letal.
Soy la voz pequeña de una mística
que a los jóvenes comienza a interesar,
soy ciencia que me nutro de otras ciencias,
me llamo Ecología, y a tu planeta azul quiero salvar.
Autor: Juan Grau (Chileno)
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