LAS FRASES QUE NUNCA SE DEBEN DECIR A LOS NIÑOS.
Este comportamiento puede llegar a generar graves consecuencias en la formación de la personalidad de los menores. Especialistas chilenos aseguran que el maltrato verbal aún está muy enraizado en los patrones culturales de los padres de nuestro país. El psicólogo estadounidense Charles E. Shaefer elaboró una clasificación donde se aprecia esta errónea actitud.
Tal vez por impaciencia, quizás por malinterpretar el concepto de educación o, simplemente por un problema de base cultural, muchos padres tratan de corregir la conducta de sus hijos con métodos que no son los más adecuados y que, muchas veces, sólo acarrean peores consecuencias de lo que ellos mismos esperan.
“Estas alteraciones en la comunicación y, por lo tanto en la relación con los hijos están determinadas por sobrecarga de trabajo, cansancio, o no conocer los efectos que estas palabras pueden tener en los hijos. Los padres tienden a repetir de modo inconsciente patrones de relaciones aprendidos desde sus progenitores.”
“La idea no es que se deje hacer cualquier cosa como algunos padres que adoptan una especie de laissez faire con sus hijos. Ellos deben asumir un sistema democrático-protector, es decir, deben educarlos con cariño y respeto y, al mismo tiempo, deben corregirlos con firmeza.”
Ejemplos:
“TONTO” ”ERES UN NIÑO MALO” Usualmente, los padres utilizan términos que los niños creen que reflejan lo que realmente piensan de ellos. Esto puede afectar la personalidad, así como otros comportamientos específicos. También originan que se tienda a la profecía autocumplida, ya que, por ejemplo, un niño tildado de “torpe” puede tratar de evitar los deportes o una niña tildada de “llorona” puede generar una aversión al contacto con sus pares o adultos.
CONSEJO: Debe ser directo para llamar la atención a los niños en comportamientos particulares que se necesitan cambiar, sin usar términos negativos. “Esta pieza debe ser ordenada de inmediato”.
“OJALA NUNCA HUBIERAS NACIDO” “NADIE PODRÁ AMARTE” El rechazo puede ser interpretado como el deseo de los padres de separarse de los hijos. Para un menor, sentir el desprecio de la persona que lo trajo al mundo hace que piense que sus padres también son despreciables. Los niños deben sentir que son amados en forma incondicional.
CONSEJO: Diariamente debe haber refuerzos de tipo verbal (frase como “te quiero”) y físico (abrazos).
“NUNCA SERVIRÁS PARA NADA” “ALGÚN DÍA TERMINARÁS EN LA CÁRCEL” Los niños tienden a vivir – para bien o para mal- lo que se cree de ellos. Un cura visitó una prisión para hablar con los reclusos. Preguntó a cuántos de ellos les dijeron cuando niños que podrían terminar en la cárcel. Casi todos levantaron la mano.
CONSEJO: Los padres necesitan creer en sus niños y predecirles un buen futuro, usando frases como “estás pasando momentos duros ahora, pero quiero que sepas que nunca dejaré de creer en ti.”
"¡ANDATE A LA MIERDA!” “¡MUÉRETE!”, o cualquier otra GROSERÍA.: Hay pocas cosas más devastadoras para un niño que ser verbalmente atacado por un padre en forma violenta. Los niños dependen casi por completo de las reacciones de sus padres para saber si ellos son buenos o malos, inteligentes o tontos. Un menor comúnmente internaliza la hostilidad de sus progenitores y concluye lo peor sobre sí mismo.
CONSEJO: Se debe decir al niño de la forma más asertiva que lo que hizo es inaceptable, sin caer en groserías.
“SI NO TE PORTAS BIEN, ME IRÉ Y TE DEJARÉ AQUÍ”, “SI LO HACES DE NUEVO LLAMARÉ AL VIEJO DEL SACO PARA QUE TE LLEVE.” Esto es utilizado constantemente por los padres para intimidar a los hijos con el fin de que mejoren su conducta. Esto crea un clima de miedo y hace que un niño sienta que está viviendo en un mundo hostil y poco seguro. La amenaza de abandono es particularmente traumática en los menores, debido a que ellos son vulnerables y dependientes de sus padres para las necesidades básicas de sobrevivencia.
CONSEJO: Los niños deben recibir advertencias y no amenazas. Una advertencia es más realista de lo que sucederá a un niño si persiste en su mal comportamiento.
“ ¿CÓMO PUEDES HACER ESO DESPUÉS DE TODO LO QUE HE HECHO POR TI?,”TERMINARÁS MATÁNDOME UN DÍA” Si a los niños se les hace sentir culpables por problemas que están más allá de su control, creerán que son los responsables por toda cosa mala que sucede en la familia, generando una exacerbado sentido de culpa.
CONSEJO: Una frase educativa puede ser “es malo tomar algo de otra persona sin permiso. ¿Cómo te sentirás si tu hermano toma algo de tu pieza sin preguntar?”.
“ME HACES PERDER LA PACIENCIA” “ERES LA RAZÓN POR LA QUE TU MADRE Y YO ESTAMOS SEPARADOS”. Esto ocurre cuando se trata de culpar al niño por las acciones de otros. Los hijos son una fácil y conveniente forma de traspasar los problemas de otros miembros de la familia.
CONSEJO: Si los niños aprenden a asumir responsablemente sus acciones, los mayores deben ser un ejemplo y reconocer sus errores. Cuando se pierde la paciencia, tan pronto como vuelve la calma, hay que disculparse.
“¿SÓLO TIENES UN 6,5 EN EL EXAMEN? ¿QUÉ PASÓ QUE NO FUE UN 7?” Demasiada presión en los hijos, ya sea para que sea el mejor en el equipo de fútbol o en el colegio, sólo deja un mensaje: “Tú no eres suficientemente bueno en lo que haces”. Llevar a los niños hacia expectativas poco realistas sólo les genera pérdida de la autoestima.
CONSEJO: Se debe acentuar lo positivo diciendo cosas como “buen trabajo, esto traerá muchas otras buenas notas en tu libreta”.
“¿POR QUÉ NO PUEDES SER COMO TU HERMANA (O)?” “CAUNDO YO TENÍA TU EDAD, SOLÍA CAMINAR VARIOS KILÓMETROS PARA IR AL COLEGIO”, “TÚ ERES MEJOR QUE TU HERMANO PARA EL TENIS” Cuando le dices a tu hijo que no se porta tan bien como su hermana, se está creando internamente un resentimiento y una rivalidad entre ellos. Los menores no deben sentirse en competencia con otros miembros de la familia, porque – inevitablemente- se sentirá inferior o devaluado frente a otros. Incluso, las comparaciones positivas pueden ser perjudiciales.
CONSEJO: Antes que decir “tu eres mejor para el fútbol que tu hermano a la misma edad” es mejor “con el paso del tiempo cada vez le pegas mejor en los tiros libres”.
“DEBERÍAS AVERGONZARTE... ESTÁS ACTUANDO COMO UN BEBÉ”, “NO PUEDO CREER QUE TENGAS MIEDO COMO UNA NIÑITA”. Al niño se le hace sentir inadecuado por algún error o una maldad. Avergonzar desmoraliza más a un niño que crear la idea de cambiar el futuro. De hecho, algunos padres humillan públicamente las flaquezas del menor. Todo esto provoca un irresistible deseo de esconderse o alejarse de lo que pueda dar vergüenza.
CONSEJO: Antes que decir “estás demasiado grande para llorar”, es mejor una frase como “algunas veces es difícil compartir, la próxima vez traeremos tus propios juguetes”.
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