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Una reflexión sobre los grandes desafíos de la Educación Musical

Somos depositarios de un gran legado y nuestra misión es luchar desde todos los rincones o espacios en que estemos y tengamos alguna influencia para que los niños y los jóvenes reciban la instrucción musical que merecen y necesitan. El maestro Zoltán Kodály bien decía: “La Música es una parte indispensable del saber humano universal”, “es hecho imprescindible que la música sea parte del curriculum de la escuela”.

Numerosos son los estudios que avalan la importancia de la música en los niños. Muchos de estos estudios están ligados a la Neurociencia, rama de la ciencia que ha tenido un auge muy importante estas últimas décadas y, por lo tanto, para darle una cierta credibilidad o peso científico al argumento, se utilizan muchos de estos estudios. Welch, (2005) y otros investigadores se preguntan para qué usar estas investigaciones si la música es parte esencial de la naturaleza humana, las pruebas son irrefutables. Hay muchas evidencias científicas que avalan que el cerebro tiene áreas especializadas cuyas funciones principales son de procesamiento musical y no intervienen en procesamiento de información de otro tipo (Peretz, 2006).

La Neurociencia está de nuestro lado y en estos tiempos turbulentos y de confinamiento lo que ha mantenido el ánimo y la moral alta de todos los habitantes del planeta ha sido la música. Artistas cantando desde sus balcones en Italia, compartiendo su talento con los vecinos, miles de músicos abriendo las puertas de sus casas para contener a millones de personas que anhelan sentir la cercanía, la emoción y trascendencia de sus artistas favoritos. La música toca, no solo un área del cerebro que interpreta ciertas vibraciones, sino que la música posee la capacidad de tocar el alma y el espíritu.

Quiero finalizar con la siguiente respuesta del gran maestro Kodály a la pregunta de cuándo es una buena edad para que un estudiante comience a estudiar música. Su respuesta fue la siguiente:

“Nueve meses antes de que nazca el niño, mejor dicho, nueve meses antes de que nazca la madre”

 

Saludos y abrazos virtuales.