Trabajar procesos de estimulación con estudiantes que presentan una condición del espectro autista es fundamental para su desarrollo integral y su inclusión efectiva en el entorno educativo y social. La estimulación adecuada puede mejorar significativamente habilidades esenciales como la comunicación, la interacción social, y el comportamiento adaptativo. Además, estos procesos ayudan a potenciar las capacidades individuales de cada estudiante, fomentando su autonomía y su autoestima. Implementar estrategias de estimulación adaptadas a las necesidades particulares, no solo facilita su aprendizaje y participación en el aula, sino que también contribuye a un entorno educativo más inclusivo y equitativo, beneficiando a toda la comunidad escolar.